Si hace unos años las arrugas eran la principal preocupación estética a nivel de la piel del rostro, hace ya tiempo que han sido desbancadas por las manchas, tanto en el rostro como en el escote y las manos. La principal (y más eficaz) medida es prevenir su aparición, sobre todo en lo que se refiere a las provocadas por el fotoenvejecimiento derivado del exceso de exposición al sol sin protección, pero una vez que han aparecido existen tratamientos para difuminarlas o incluso eliminarlas por completo.

Un tono homogéneo y uniforme es uno de los rasgos más característicos de una piel sana y joven, y para conseguirlo, nada mejor que prevenir la aparición de manchas utilizando un protector solar de alto índice (SPF 30 o superior) durante todo el año, no solo de cara a la temporada de playa y piscina. También es importante, sobre todo después del verano, acudir al dermatólogo para controlar las posibles nuevas manchas que hayan podido aparecer tras la exposición al sol, además de la evolución de las que ya existían.

Existen diferentes tipos de manchas, o lesiones pigmentarias, que responden a distintos motivos, sin embargo, todas ellas están relacionadas con una alteración en la actividad de los melanocitos (las células encargadas de producir melanina, el pigmento natural tanto de la piel como del cabello). En primer lugar, tendremos que diferenciar entre las que son benignas y las malignas o potencialmente malignas (como el melanoma, las queratosis actínicas o los carcinomas). Dado que en el caso de las malignas entraríamos en terreno relativo a la dermatología oncológica, nos vamos a centrar en las lesiones pigmentarias benignas.

Entre ellas, destacan los lentigos (manchas oscuras, de color pardo, con un tamaño de entre pocos milímetros y dos centímetros, que pueden estar relacionadas o no con la exposición al sol), lentigos solares (más oscuros que los lentigos, y también llamados hiperqueratosis seniles o manchas de la edad, que suelen aparecer en el rostro, el escote, las manos y los antebrazos, y cuyo origen está relacionado con la edad y el exceso de exposición al sol), melasmas (suelen aparecer en el rostro, y tienen una estrecha relación con los cambios hormonales, como los que se producen durante el embarazo o la menopausia), xantelasmas (lesiones benignas en forma de placas amarillentas o anaranjadas que aparecen en los párpados), lunares o nevus (manchas benignas y lisas, de tamaño variable entre varios milímetros y hasta 40 cm, y que pueden tener un origen congénito), efélides (o pecas) y queratosis seborréicas (que aparecen en la dermis profunda, pueden tener un aspecto verrugoso y son elevadas).

Para eliminar las manchas contamos con diferentes opciones. Por un lado, por medio de tratamientos despigmentantes, como el láser, el peeling o algunos activos que se aplican de forma tópica. Por otro, por medio del bloqueo de la síntesis de melanina, para lo que se utilizan diferentes activos.

Tratamientos para eliminar las manchas

- A nivel cosmético: productos despigmentantes y aclarantes

- A nivel estético
o Masaje facial antiedad
o Microdermoabrasión
o Tratamiento en cabina: efecto buena cara
o Tratamiento en cabina: rejuvenecimiento
o Tratamiento en cabina: despigmentante
o Tratamiento en cabina: exfoliante

- A nivel médico estético
o Peeling
o PRP
o IPL
o Láser
o LED
o Dermoabrasión
o Radiofrecuencia
o Mesoterapia
o Tratamientos farmacológicos
o Ozonoterapia

- A nivel quirúrgico:
o Láser

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