Aunque frecuentemente se usa de forma incorrecta el término, depilación láser e IPL (siglas en inglés de Intense Pulsed Light) están bajo el paraguas de la fotodepilación. Es decir, las técnicas que utilizan la luz para eliminar el vello. Sin embargo, es muy común encontrar el término fotodepilación referido únicamente a la IPL, por ejemplo, en foros en los que se discute sobre si es mejor la fotodepilación o el láser.

Aunque las dos funcionan de forma parecida, pues su objetivo es destruir el folículo piloso para evitar que siga produciendo vello, y lo hacen por medio de la luz, funcionan de forma diferente, y se realizan con aparatología distinta, es importante tenerlo en cuenta. La diferencia principal entre IPL y láser es que el láser utiliza solo una longitud de onda y concentra la luz sobre un punto (por eso se dan numerosos disparos sobre la piel), mientras que la IPL cubre un amplio abanico de longitudes de onda, y cada disparo abarca alrededor de 5 cm2 de piel.

El experto será el que determinará qué sistema es más adecuado para cada persona, cada zona específica, y cada fase del tratamiento de depilación.

Existen muchos tipos de láseres diferentes, y ninguno es mejor que otro: de nuevo, será el experto el que tendrá que juzgar cuál de ellos es más adecuado para cada persona y momento. Entre los más comunes destacan el láser de diodo, el Alejandrita, el Soprano, el Neodimio-Yag, el rubí (que ya prácticamente no se utiliza para depilación) o el Lightsheer, entre muchos otros.