Los fillers o rellenos son productos sanitarios inyectables que se utilizan en medicina estética para recuperar la calidad cutánea y/o modificar los volúmenes o las proporciones faciales. Junto con el bótox, se trata del tratamiento estrella en consulta, por su seguridad y su versatilidad.

Tienen muchas indicaciones: por una parte, se utilizan para tratar las arrugas profundas de la piel, así como los surcos, depresiones y falta de proyección en el rostro. Por otra, para aumentar el volumen de ciertas áreas del rostro o del cuerpo, como por ejemplo los labios o el pecho, o redefinir los contornos que tienden a desdibujarse con el paso de los años, como los labios o el óvalo facial. También pueden utilizarse para realizar una remodelación nasal sin cirugía. Además, resultan muy útiles para disimular las depresiones producidas por cicatrices o marcas de acné, así como para corregir las ojeras hundidas.

A día de hoy se opta preferiblemente por fillers reabsorbibles de materiales biocompatibles, que el cuerpo va reabsorbiendo con el tiempo sin ningún riesgo ni efecto secundario. Aunque en cada caso el tratamiento, así como la sustancia a inyectar, se personaliza totalmente a medida de las necesidades del paciente.

El que se usen materiales reabsorbibles no significa que los efectos desaparezcan en el momento en que los productos se reabsorben, ya que la mayoría de ellos tienen un efecto de regeneración y mejoría cutánea por estimulación fisiológica del tejido que permanece en el tiempo.

En qué consiste el tratamiento

El material elegido se inyecta en la zona a tratar, previo uso, si se considera necesario, de un anestésico local en crema o inyectado (algunos rellenos incorporan en su fórmula anestésicos). Las inyecciones pueden realizarse, según cada indicación y el criterio del médico, con agujas o con cánulas. Dependiendo del umbral de cada persona, el tratamiento puede resultar ligeramente doloroso, sobre todo en zonas muy sensibles como los labios, pero las molestias se eliminan totalmente con la anestesia.

Resultados y duración de los efectos

Si bien nada más realizado el tratamiento puede aparecer una ligera hinchazón en la zona tratada (que desaparece en 24-48 horas), los efectos son visibles inmediatamente. Los resultados definitivos se observan unos días después de realizar la infiltración. La duración de los efectos depende del material utilizado y de la zona a tratar. Oscila entre los 6-18 meses del ácido hialurónico y los 18-24 meses de la hidroxiapatita cálcica o el ácido poliláctico, si consideramos el efecto a corto plazo. A largo plazo se induce una restauración del tejido que previene el envejecimiento prematuro y ralentiza su evolución.

Entre los posibles efectos secundarios, además de la hinchazón, pueden aparecer hematomas, enrojecimiento, ardor o picazón. Las reacciones alérgicas son absolutamente excepcionales.

Contraindicaciones

El uso de rellenos está contraindicado durante el embarazo y la lactancia, si hay alguna infección en la zona a tratar y en algunos pacientes con enfermedades autoinmunes severas. Hay que tener especial precaución en la inyección en pacientes con alteraciones de la coagulación de la sangre por el riesgo de hematoma transitorio y en pacientes con cicatrización queloidea severa con el fin de evitar reacciones cutáneas anómalas.

Tipos de rellenos

Existen muchos tipos de sustancias de relleno, si bien, las más utilizadas a nivel facial son las siguientes:

Ácido hialurónico

Es la molécula estrella en los tratamientos de medicina estética, por su versatilidad. Puede utilizarse prácticamente en todo el rostro y el cuerpo, además ofrece unos resultados excelentes y muy naturales, y porque es muy seguro.

El ácido hialurónico es una sustancia natural, que está presente en todos los organismos vivos, reabsorbible y totalmente biocompatible. Es un componente esencial de nuestra piel, que tiene la capacidad de retener grandes cantidades de agua, y que, a grandes rasgos, puede utilizarse principalmente para tres funciones: hidratar, corregir arrugas o restituir volúmenes en el rostro.

Su duración depende del tamaño de la molécula elegida, de las características del hialurónico utilizado y del lugar de la inyección utilizado, y oscila entre 6 meses y 2 años.

Dentro de los ácidos hialurónicos disponibles en el mercado se pueden distinguir dos grandes grupos: reticulados y no reticulados, y según la indicación, se utilizarán unos u otros. Por lo general, para conseguir un efecto de relleno se utilizan los reticulados. Entre ellos están, por ejemplo, Restylane y Macrolane, de los laboratorios Q-Med o Juvéderm y Voluma, de los laboratorios Allergan.

Hidroxiapatita cálcica

La hidroxiapatita cálcica es un material de relleno biocompatible  y reabsorbible de larga duración. Su composición es muy similar a la de los componentes del hueso humano, que se presenta en forma de micropartículas suspendidas en gel. A nivel dérmico, su principal efecto es el de rellenar o aportar volumen. También promueve la estimulación de la piel y consigue un tensado moderado de la misma.

Entre sus principales aplicaciones destaca la proyección de ángulos del rostro, la recuperación de volúmenes, la mejora del grosor de la piel, la creación de tensión cutánea y la remodelación nasal, entre otros.

Tiene una duración de aproximadamente dos años, aunque en el caso de la nariz, puede llegar al doble. Radiesse, de laboratorios Merz, es uno de los productos comerciales a base de hidroxiapatita cálcica más extendidos.

Ácido poliláctico

El ácido poliláctico es un polímero biodegradable formado por moléculas de ácido láctico, y es un material de relleno reabsorbible de larga duración. Además de para rellenar zonas deprimidas del rostro, aportando un extra de volumen, sirve para estimular los tejidos responsables de la reparación de la piel, devolver a la piel su espesor y fortalecer los puntos de sujeción. Al mismo tiempo, consigue un tensado importante de la piel capaz de suavizar arrugas, surcos y pliegues.

Al contrario que otros rellenos, su efecto no es inmediato. En su uso como estimulador de la piel se necesita un tiempo de entre 1 y 3 meses para apreciar los resultados. Sus efectos duran alrededor de dos años. En su uso médico estético el producto comercial más conocido es Sculptra, de los laboratorios Sanofi Aventis.

Grasa autóloga

Cuando se busca reponer volúmenes en el rostro pero por motivos médicos (como enfermedades autoinmunes) o por otras causas no se quiere recurrir a materiales ajenos al cuerpo, la lipotransferencia o lipofilling (que consiste en inyectar grasa extraída del propio paciente, generalmente de la zona del abdomen, en las zonas que necesitan mayor proyección de volumen) es una buena opción.

Al ser un material que proviene del propio paciente, existe la total seguridad de que no existirán rechazos ni reacciones adversas a un cuerpo extraño.

Sin embargo, los rellenos con grasa tienen un hándicap respecto a otros fillers; la grasa propia se reabsorbe con mayor rapidez que otros tipos de relleno, por lo que la duración de los efectos es menor. Para conseguir una mayor duración y supervivencia del injerto, un mejor control de volúmenes y resultados, y una recuperación mucho más rápida, se puede utilizar tejido graso enriquecido con células madre y factores de crecimiento, haciendo que el injerto graso pueda permanecer de por vida.

La transferencia suele hacerse en 1 o dos sesiones, siendo poco traumática para el paciente. Durante los primeros días presentara algo de inflamación en el tejido tratado. Los resultados definitivos se verán a los dos meses